Vida... ¡Ya no te quiero!
hoy no temo morir
en mis pensamientos lo anhelo
nada te debo, por cada gota de alegría,
cobraste hiriéndome hasta verme sucumbir.
Ahogada en mi tristeza
en mis pocas ganas de vivir
me disfracé de fortaleza
y bajo la máscara,
la piel herida se desgarraba
y se hizo inútil fingir.
Y en la espera cada segundo
es un latido de mi pecho,
y se hace vital en su ironía
como anunciando que aún queda tiempo,
que aun faltan lágrimas
que aun quedan momentos que vivir.
Tantas espinas laceran mi alma...
¡Ésta vida no me pertenece!
venía tan llena de ilusiones
y esparcidas se han quedado
sin tener a que aferrarse
cada una agonizante
hasta en su último aliento morir.
Vida ¡ya no te quiero!
hoy de la muerte me hice amiga
y será mi confidente,
aunque sea larga la espera
mi corazón yace inerte
lo mató tanto dolor,
tantos sueños ausentes
lo que quedó solo es un cuerpo
controlado por la mente.
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