De mi vida se han quedado
asomado en los rincones,
los recuerdos que el desencanto
escribió sobre mí.
Con su afilada pluma
rompiendo los tejidos
de los sueños cultivados
en la esencia de existir.
En momentos se abandonan
en los brazos del olvido,
más no sucumben...
Y de la calma emergen
en su lastimero rugir.
y sobornando la quietud
se estacionan en la mente
alterando de los sentidos
su forzada placidez.
Y confundidas las sensaciones
atormentan la cordura,
que sobrevive en las migajas
de la esperanza obstinada
que aferrándose en el letargo
se resiste a morir.
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